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viernes, 7 de noviembre de 2014

LOS PACTOS DE LA MONCLOA SENTARON LAS BASES DE LA ECONOMíA MODERNA



Tras las primeras elecciones democráticas en junio de 1977, Adolfo Suárez entendió que aquella incipiente democracia necesitaba una gran apertura económica, para ello creó la figura de un vicepresidente económico y nombró a un profesor universitario de renombre para que le ayudara en dicha tarea, Enrique Fuentes Quintana. Este quiso llegar a un compromiso histórico, a un acuerdo entre todas las fuerzas políticas para mejorar la alarmante situación económica.
Por aquel entonces, con el General Franco recién desaparecido, una monarquía restaurada desde el franquismo y millones de españoles celebrando esta situación, la prioridad era la reforma política. Pero se observaba un caótico panorama económico, España estaba inmersa en grandes desequilibrios y algo había que hacer. Estos desequilibrios eran:
    
    -La Crisis Mundial del Petróleo de 1973, que disparó la inflación que en julio de 1977 se aproximaba al 44%.

 A estos desequilibrios hay que añadir que no existía una Hacienda recaudadora de impuestos para sostener el Estado. Era en definitiva un régimen económico arcaico que hacía muy difícil la integración en Europa. 

Los Pactos de la Moncloa se firmaron en el Palacio de la Moncloa en octubre de 1977, a pesar de muchos problemas se logró un acuerdo basado en el consenso y significaron un importante ajuste económico. 

Los Pactos de la Moncloa eran un pacto económico para mantener un pacto político. Adolfo Suárez sabía que tenía que estabilizar la economía para sentar las bases de la Constitución de 1978. Por eso los Pactos tenían dos partes muy diferenciadas:

    -Una económica que trataba de solucionar el déficit de la Seguridad Social, rebajar la inflación y que implantó una importante Reforma Fiscal; se introdujo un impuesto progresivo sobre la renta, se sentaron las bases de la modernización del sistema financiero y se aplicó una política presupuestaria y monetaria que permitió rebajar la inflación a la mitad en un año sin que se produjeran pérdidas del poder adquisitivo. El Estado tenía que gastar menos y la inversión tenía que dirigirse a la creación de empleo, por eso también hubo reformas laborales que avanzaban hacia un mercado de trabajo más flexible. Todo ello gracias al consenso de partidos, empresarios y sindicatos.

    -Por otro lado, una parte política propiciada por los partidos de izquierda y que no firmó Alianza Popular ya que contenía reformas en la regulación de derechos de reunión y asociación, delitos políticos, libertad de expresión, etc., que habían sido heredados del franquismo.

En menos de cuarenta años España ha dado un vuelco económico importante gracias a las bases sentadas en los Pactos de la Moncloa, que consiguieron que la inflación pasara del 44% en 1977 al 1,4% en 1998, y esto permitió a España integrarse en la Unión Europea y el Eurogrupo, y formar parte del euro desde el primer día. 

Aqui podéis ver el video: Lección magistral del profesor Enrique Fuentes Quintana donde explica la necesidad de una importante reforma económica.





IDG

domingo, 2 de noviembre de 2014

CHINA, EL GIGANTE ASIÁTICO


El actual estado económico de China hay que buscarlo en sus orígenes históricos
China ha sido la primera potencia económica del mundo entre los siglos V y XIV, como demuestra el PIB y el PIB per cápita durante aquel periodo.

El auge de China se inició con la Dinastía Tang (618-907), con la que gozó del periodo de prosperidad más dilatado, esta dinastía está considerada por muchos historiadores como la más gloriosa de la historia de China. Al final de esta etapa, el territorio chino estaba dividido en estados feudales independientes, y las ciudades tenían un papel administrativo cada vez más importante. Esta categoría de supervivencia se alcanzó gracias varios factores:

   -Base metropolitana dinámica
   -Gobierno centralizado, eficaz y fiable
   -Sólido crecimiento económico
   -Tolerancia religiosa
   -Protagonismo tecnológico

En el año 960 la Dinastía Song toma las riendas de China, con ella tiene lugar un crecimiento económico que China no volverá a experimentar hasta casi mil años después. Hubo un gran desarrollo científico y cultural que se mantuvo hasta el siglo XVIII. En 1271, con la Dinastía Yuan, China casi le arrebata a India el título de primera potencia económica mundial, sin embargo, Europa Occidental ya había superado a China hacia 1250. En el año 1500 China adelanta a India con un 25% del PIB mundial, y así llegamos hasta 1820, justo cuando China y Europa Occidental inician el siglo XIX como las principales potencias del mundo.

Pero entre 1840 y 1950, la economía de China se colapsó, sufrió un proceso de aislamiento económico y tecnológico que la hizo más vulnerable comparada con otras potencias en desarrollo como Reino Unido o Japón. Si China era la primera potencia económica en 1820, en 1840 ya había sido invadida por los británicos, donde ya se había consolidado la Revolución Industrial. Luego llegaron las Guerras del Opio, la Invasión Japonesa y una gran guerra civil que duró hasta 1949, que dejó un país con una importante recesión económica y millones de muertos.
Sin embargo, China volvió a crecer desde 1940 hasta 1978 una media de un 5% anual, aunque hubiese crecido más rápido sin las desastrosas políticas Mao Zedong

La reforma económica de 1978 viene precedida por un periodo compulsivo y sus efectos fueron:

   -PIB multiplicado por 130 entre 1978 y 2011
   -PIB per cápita multiplicado por 92
   -Aumento de desigualdades sociales entre el campo y la ciudad
   -Reducción de la pobreza del 97'8% al 36'3% entre 1981 y 2005

Con todo esto China se ha convertido en la segunda economía del mundo según su PIB total, pero sigue siendo pobre si atendemos al PIB per cápita, esto se debe a su elevada población. 
Por eso tiene unos retos inmediatos que superar: 

   -Desigualdades sociales
   -Burbuja inmobiliaria
   -Contaminación medioambiental
   -Desaceleración en las exportaciones
   -Devaluación de su moneda (reminbi)
   -Intervención de los tipos de interés

Por úlimo, podemos concluir que China es un país en desarrollo con un gran margen para la reforma y el crecimiento económico.

IDG